Skip to main content

Una de las mayores amenazas para las acciones rápidas en materia de clima es la propagación desenfrenada de desinformación e información errónea sobre el clima.

Compartidas a través de plataformas de redes sociales y motores de búsqueda, adaptadas a los usuarios a través de algoritmos, la información errónea y la desinformación generan dudas y temores sobre la causa humana del cambio climático, la necesidad de acción, la credibilidad de la ciencia y los impactos de la transición cero real.

Los investigadores encontraron un aumento significativo en la desinformación durante la COP26 del año pasado en Glasgow, y temen que la propagación continua que se producirá en la COP27 de noviembre en Sharm El-Sheikh continúe alimentando divisiones y frustrando acciones.

Esto es lo que usted necesita saber sobre la desinformación y la información errónea en materia de clima.

¿Qué es la desinformación climática y cómo afecta en particular a los países vulnerables y africanos?

La desinformación y la información errónea en materia de clima se refieren al contenido engañoso y equívoco que mina la existencia o los daños del cambio climático, sus causas humanas y la urgencia de las acciones, según Acción Climática Contra la Desinformación (CAAD según su sigla en inglés). La desinformación puede incluir tergiversaciones u omisiones de datos científicos, o puede publicitarse falsamente como esfuerzos para apoyar los objetivos del cambio climático, cuando en realidad contradice el consenso científico.

En un momento en que las personas basan cada vez más sus opiniones en contenidos seleccionados por algoritmos, la desinformación sobre el clima representa una gran amenaza para las acciones sobre el clima. En lugar de negar la existencia del cambio climático inducido por el hombre, arroja escepticismo sobre la necesidad de actuar y genera temores sobre sus consecuencias.

En un estudio de la experiencia de un usuario escéptico del clima en Facebook, por ejemplo, Global Witness descubrió que el algoritmo recomendó con rapidez páginas que sugerían que la crisis climática es un engaño, que el aumento de las temperaturas es parte de los ciclos naturales, que los modelos de calentamiento son inexactos y que las soluciones referidas a la atenuación de daños no funcionarán ni beneficiarán a la sociedad.

Por último, la difusión de desinformación e información errónea está retrasando la acción climática aún cuando la crisis climática debilita la seguridad económica, la salud y la seguridad de la gente en todo el mundo. Los países con mayor riesgo, incluyendo a los de África, sienten los peores efectos de la desinformación climática aún si ven y creen en los efectos del cambio climático en sus vidas y medios de subsistencia.

¿Cuál es el impacto de la desinformación en el cambio climático y por qué debería abordarse en la COP27?

La desinformación climática está diluyendo la demanda pública de acciones urgentes para el clima. Está generando dudas sobre la realidad del cambio climático, la necesidad de acciones al respecto y la reputación de los científicos, según el Informe de Carbono.

La COP26 notó un aumento en la desinformación sobre el clima. Fue un momento útil para captar la atención del público, especialmente en mercados de habla inglesa, como el Reino Unido y los EE. UU., donde ha prevalecido el escepticismo. Las dudas que planteó se están extendiendo a las posiciones en materia de política interna, lo que causa retrocesos aún en países que parecían más ambiciosos.

Todo esto tiene lugar cuando los efectos económicos de los bloqueos de COVID-19, la guerra de Rusia en Ucrania y el clima extremo están haciendo subir los costos de la energía, los alimentos y el nivel de vida.

La COP27 destacará la necesidad urgente de hacer de la acción climática una prioridad en los esfuerzos para abordar esta crisis económica más amplia, para ayudar a los países más pobres a adaptarse y desarrollar resiliencia ante el clima extremo, mejorar la seguridad alimentaria y del agua, y reducir su dependencia de las volátiles importaciones de combustibles fósiles.

Cuanta más desinformación se propague durante la COP27, especialmente en África y las regiones que más apoyo necesitan, más difícil será para la cumbre estimular la acción.

 ¿Qué dice la ciencia sobre la desinformación?

 El panel de científicos sobre clima de la ONU señaló por primera vez con el dedo el papel de la desinformación en el retraso de las acciones, en un informe publicado en febrero sobre daños, adaptación y vulnerabilidad. 

El informe criticó los “intereses creados económicos y políticos” que han “generado retórica e información errónea que socava la ciencia del clima y pasa por alto el riesgo y la urgencia”. Esto está causando una “percepción pública errónea” sobre los riesgos y está polarizando el apoyo público para acciones, según descubrió el Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC).

Lo que debilita aún más el apoyo público es la tendencia de algunos medios de exagerar mensajes que no están respaldados por la ciencia, agregó el informe. Y advirtió que los científicos expertos en clima y los opositores no deberían tener igual peso en la cobertura.

La desinformación está reduciendo la alfabetización climática y llevando a la gente a rechazar información precisa y a desconfiar de los científicos, según una investigación publicada en Nature. La mayoría de este contenido falso proviene de un grupo muy pequeño, con 10 cuentas en Facebook, responsables de casi el 70% del tráfico de desinformación en el sitio, según el Centro para contrarrestar el odio digital.

¿Cuáles son los hitos clave en la lucha contra la desinformación y cómo se pueden consolidar aún más?

Las grandes empresas de tecnología están bajo una presión cada vez mayor para vigilar la propagación de desinformación e información errónea, en tanto que los gobiernos están buscando formas para regularlo. Pero el cambio aún tarda en llegar.

Google decidió en octubre de 2021 prohibir los anuncios y la monetización de la negación del cambio climático. Sin embargo, los activistas están pidiendo al gigante de los motores de búsqueda que amplíe su definición sobre desinformación climática para incluir el engaño verde y la elección por conveniencia.

Más de 250 actores de alto nivel respaldaron una definición universal de desinformación climática durante la cumbre COP26 del año pasado. Firmaron una carta abierta a los directores ejecutivos de las plataformas tecnológicas, la presidencia de la COP26 del Reino Unido y la secretaría de Cambio Climático de la ONU, en la que pedían a las empresas que fijaran políticas y medidas de cumplimiento similares a las que habían establecido para la información sobre el COVID-19 en los 18 meses previos.

Aún así, investigaciones recientes de CAAD (por su sigla en inglés) dan como resultado que los encargados de la toma de decisiones y las plataformas de redes sociales son ineficaces para combatir la desinformación climática y proteger las discusiones sobre la acción climática, en especial en momentos cruciales como las COP. Durante la COP26, por ejemplo, soluciones como la energía renovable y la electrificación del transporte fueron el blanco de la desinformación.

Basándose en esa investigación, la CAAD estableció 10 recomendaciones para los gobiernos, incluida la de adoptar una definición universal sobre desinformación sobre clima, mejorar la transparencia y el acceso a datos para cuantificar las tendencias de desinformación, restringir la defensa engañosa de los combustibles fósiles en la publicidad paga y permitir búsquedas basadas en imágenes para rastrear memes, videos e imágenes virales.

O que implica a ação de adaptação?

Trata-se de ajudar as pessoas a adaptarem-se aos impactos que são cada vez mais comuns – de uma forma que também impulsione a redução de emissões e o desenvolvimento sustentável. A resiliência assegura que as comunidades e os países continuem a prosperar apesar dos impactos climáticos. 

Os trabalhos de adaptação vão desde a plantação de cultivares que podem resistir a condições meteorológicas extremas e manter a saúde do solo; à restauração de manguezais que protegem as comunidades costeiras do aumento do nível do mar e sustentam a biodiversidade; à criação de sistemas de alerta precoce para tempestades; à expansão de espaços verdes nas cidades para absorver calor e melhorar a qualidade do ar. 

Estas adaptações podem incluir mudanças simples no trabalho, tais como a criação de pausas de descanso obrigatórias à sombra, fornecimento de água potável gratuita, mudança de turno para horas mais frias do dia, e fornecimento de vestuário de proteção mais leve. Podem também exigir remodelações mais fundamentais das fábricas para se manterem frescas, melhorando ao mesmo tempo a eficiência energética. 

Um dos desafios da adaptação é que as soluções variam muito entre comunidades, países e regiões em função dos impactos e necessidades – ao contrário da mitigação, onde soluções como painéis solares ou bombas de calor podem ser aplicadas em todo o mundo. Isto significa que o trabalho de adaptação precisa de ser mais liderado localmente, com investimentos concebidos para desenvolver a capacidade local a longo prazo. 

O que as nações ricas e o G20 devem fazer para aumentar a adaptação climática? 

As economias desenvolvidas e as grandes economias emergentes têm motivos tanto econômicos como morais para ajudar os países de maior risco a adaptarem-se às mudanças climáticas.

A adaptação é boa para os negócios. Investir 1,8 trilhões de dólares em adaptação entre 2020 e 2030 poderia gerar US$ 7,1 trilhões em benefícios, o Centro Global de Adaptação descobriu em 2019. Isto pode levar a um desenvolvimento sustentável mais amplo. O crescimento econômico da agricultura, por exemplo, poderia ser até onze vezes mais eficaz na redução da pobreza do que qualquer outro setor, de acordo com o Fundo Internacional de Desenvolvimento Agrícola das Nações Unidas

Moralmente, os países que sofrem os piores impactos das mudanças climáticas são os que menos contribuíram. São também os que mais lutam para se adaptarem às mudanças climáticas e se desenvolverem de forma sustentável com barreiras no acesso ao financiamento. 

Os países desenvolvidos, juntamente com o G20, precisam demonstrar solidariedade para com aqueles que mais sofrem e tomar medidas. Isto deve incluir o cumprimento da promessa de mobilizar US$ 100 bilhões por ano de financiamento climático até 2020, a transferência de tecnologia, e dar prioridade à transição para energia limpa nos subsídios internacionais ao desenvolvimento. 

Os países ricos concordaram, na COP26 do ano passado em Glasgow, em dobrar o apoio financeiro para a adaptação para US$ 40 bilhões por ano. Mas elas ainda têm que cumprir aquela meta, e os países africanos estão dizendo que precisam de cerca de US$ 700 bilhões por ano a partir de 2025 para realizar a adaptação.

O que os países vulneráveis podem fazer para se adaptarem às mudanças climáticas?

A adaptação e a mitigação do clima devem andar de mãos dadas. Os esforços para reduzir as emissões nestes países – tais como a transição da energia dos combustíveis fósseis para as energias renováveis, e dos motores de combustão interna para os veículos elétricos – devem ser implementados tendo em vista o avanço da resiliência e um desenvolvimento sustentável mais amplo. 

Painéis solares e baterias, por exemplo, podem simultaneamente reduzir a dependência de combustíveis fósseis, fornecer acesso à energia confiável em áreas desconectadas, e permitir que as pessoas trabalhem durante as horas mais frias com iluminação. 

Há várias maneiras com que governos, empresas, investidores e comunidades possam começar a promover a adaptação. Isto inclui passos incrementais, tais como informação pública sobre eventos climáticos extremos, pintar telhados de branco, investir para tornar as casas e locais de trabalho mais frescos e acima dos níveis de inundação, ou plantar árvores nas cidades. Além disso, há mudanças mais transformativas, tais como a instalação de barreiras contra inundações e quebra-mares, ou o deslocamento de cidades e aldeias em risco. 

No entanto, embora muitos países vulneráveis, tais como pequenos países insulares em desenvolvimento, já estejam estabelecendo objetivos e planos para se adaptarem e reduzirem as emissões, falta-lhes o acesso ao financiamento, à tecnologia e à capacidade. Muitos estão tendo dificuldades por causa das dívidas crescentes.

A COP27 é um momento para governos, empresas e investidores se reunirem para enfrentarem esses obstáculos ao financiamento, e descobrirem o que precisa mudar a fim de desbloquear a ação de adaptação imediatamente. Como o pano de fundo africano para a COP27 deixará muito claro – a crise climática já está em curso.