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La cumbre COP27 de Egipto este año podría dar origen a la energía renovable en África y en todo el mundo, si los dirigentes están dispuestos a fortalecer su compromiso de eliminar gradualmente los combustibles fósiles y comenzar a cumplir esa promesa.

A principios de este año, el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, llamó a la energía renovable el “salvavidas” en una crisis climática creciente, y a la transformación energética “lo más al alcance de la mano” en la carrera para detener al cambio climático causado por el hombre.

Guterres marcó cinco acciones críticas necesarias en todo el mundo para impulsar la transición energética: tratar la energía renovable como un bien público esencial; asegurar, ampliar y diversificar los componentes de suministro y las materias primas para las tecnologías de energía renovable; construir marcos y reformar las burocracias de combustibles fósiles; alejar los subsidios de los combustibles fósiles; y triplicar las inversiones públicas y privadas en energías renovables.

Los países se reunirán nuevamente por primera vez desde que Guterres estableció estas cinco acciones en la cumbre COP27 de noviembre en Sharm El-Sheikh, Egipto, del 6 al 18 de noviembre. Esto marca una oportunidad para avanzar con el compromiso que se hizo el año pasado de reducir gradualmente los combustibles fósiles poniendo en marcha la transición.

El enfoque de la presidencia egipcia de la COP27 en conectar las acciones sobre el clima con un desarrollo sustentable más amplio para los países en desarrollo, incluyendo a la totalidad de África, también crea un ámbito en el que se puede observar de qué manera la energía renovable puede impulsar las economías, crear empleos y mejorar la salud.

Esto es lo que usted necesita saber sobre el papel de las energías renovables en la COP27 de este año.

¿Cómo puede la COP27 enviar una señal global para acelerar el cambio hacia una energía limpia?

La presidencia egipcia tiene la intención de hacer de la COP27 un catalizador para la implementación de los compromisos de acciones sobre el clima asumidos a lo largo de los años y garantizar que estas acciones se conviertan en un acelerador para un desarrollo sustentable más amplio en la década de 2020.

Una transición rápida de los combustibles fósiles a la energía renovable es algo que figura en el centro de ambos esfuerzos.

Los líderes se comprometieron en la COP26 del año pasado a reducir gradualmente el uso incesante de energía a base de carbón y los ineficientes subsidios a los combustibles fósiles. Sin embargo, la mayoría de los países no cumplieron con esa promesa en el año transcurrido desde entonces, y muchos hasta aprobaron nuevos proyectos de combustibles fósiles como el campo de gas Jackdaw y los planes para aprobar el fracking (o fractura hidráulica) en el Reino Unido, el campo petrolero Bay du Nord en Canadá y la ampliación de la mina de carbón Mount Pleasant en Australia. 

La clave para convertir a las conversaciones sobre clima de la ONU de promesas en implementación será la capacidad de la cumbre COP27 no solo para impulsar acciones sobre los compromisos existentes -como el Pacto de Glasgow- sino también para redoblarlos en consonancia con la ciencia.

La descarbonización de la energía es un paso crucial para alcanzar las emisiones cero netas para 2050. Esto exige el despliegue inmediato y masivo de energía renovable asequible, junto con un impulso global para acelerar la innovación, señaló  en 2021 la Agencia Internacional de Energía. El cero neto para 2050 exige un aumento en la energía solar fotovoltaica hasta los 630 gigavatios, y en la energía eólica hasta 390 GW, para 2030. Esto es cuatro veces el nivel récord establecido en 2020.

La energía renovable es también una parte crucial para lograr los Objetivos de Desarrollo Sustentable de la ONU para 2030. Puede brindar acceso a energía confiable y asequible para las alrededor de 800 millones de personas que aún carecen de ella, especialmente en zonas rurales sin líneas de transmisión de energía. El acceso a la energía puede apoyar los medios de vida, la salud y la educación, facilitando, por ejemplo, refrigeración e iluminación. También puede crear empleos en las comunidades y reducir significativamente los efectos en la salud de la contaminación del aire debido a la quema de combustibles fósiles.

¿Cómo amenaza la dependencia del petróleo y el gas al desarrollo sustentable en todo el mundo?

El aumento este año en todo el mundo del costo de vida, la energía y los alimentos deja en claro los peligros que supone depender de los volátiles precios internacionales de las materias primas, especialmente para los países más vulnerables.

La invasión de Rusia a Ucrania ha disparado los precios de los alimentos, la energía y otras materias primas y ha aumentado las tensiones en las economías africanas que ya luchan por recuperarse del COVID-19 según la AIE. Esto está revirtiendo la mejora en el acceso a la energía moderna. La cantidad de personas que viven sin electricidad en Africa ha aumentado en 25 millones entre 2022 y antes de la pandemia. En Asia, el aumento del costo de la energía ha provocado cortes de energía y cierres de negocios, y una escasez de refrigeración durante las olas de calor extremo.

La suba de los precios de los combustibles fósiles también ha contribuido a impulsar la crisis alimentaria, elevando el precio y disminuyendo el suministro de fertilizantes. Este fue un elemento clave en la crisis política de Sri Lanka a principios de este año, ya que el gobierno trató de aquietar la presión de los altos costos de los productos básicos con la imposición de una prohibición inmediata a los pesticidas y fertilizantes químicos.

En general, la producción y las emisiones de petróleo, gas y carbón son una gran amenaza para el agua, la salud y la biodiversidad, para la capacidad de proporcionar seguridad económica y energética, y para la capacidad del mundo para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sustentable, según un informe publicado en junio por el Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles.

Al avivar la crisis climática y la contaminación del aire, la producción de petróleo, gas y carbón está empeorando la salud humana, afectando las economías, aumentando la desigualdad y el hambre, impulsando migraciones masivas, empujando los ecosistemas a un punto sin retorno y haciendo que partes del mundo se vuelvan inhabitables, descubrió el informe.

¿Cómo puede la energía renovable acelerar el desarrollo sustentable y por qué la COP27 representa un momento para que África asegure la independencia energética?

África posee uno de los mayores potenciales del mundo para la generación de energía solar, alrededor de 7.900 gigavatios, junto con un enorme potencial para la energía hidroeléctrica y eólica, la geotermia y la biomasa moderna, según la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA según su sigla en inglés) y el Banco Africano de Desarrollo.

Con las políticas convenientes, un cambio en Africa de los combustibles fósiles a las energías renovables podría impulsar el PBI en un 6,4 % entre 2020 y 2050, crear un 3,5 % más de puestos de trabajo en toda la economía y aumentar el índice de bienestar en un 25,4 %.

La energía renovable, en especial, respalda la independencia energética en países que dependen en alto grado de las importaciones de combustibles fósiles y son, por lo tanto, vulnerables a los impactos, como los efectos de la guerra de Rusia en Ucrania, descubrió IRENA. La inversión en nuevas tecnologías crea asimismo hasta tres veces más puestos de trabajo que los combustibles fósiles por millón de dólares gastados. La suma de nuevos puestos de trabajo compensará los perdidos en la transición por el abandono de los combustibles fósiles, incluso en los países que los producen.

Al fortalecer e implementar los compromisos globales para acelerar la eliminación gradual de los combustibles fósiles, y para movilizar más financiamiento para el clima, la COP27 ofrece un momento en el que los financistas públicos y privados pueden comenzar a cumplir con los proyectos planificados en la región.

¿Qué necesitan los países africanos para alejarse de los combustibles fósiles y cambiar a las energías renovables?

La liberación del financiamiento para proyectos de energía renovable en África es clave para impulsar la transición y aprovechar los recursos del continente.

Hasta ahora, sin embargo, las inversiones en energía en África han enfrentado muchas veces costos financieros más altos que proyectos comparables en mercados desarrollados, según la  AIE. Como resultado, solo el 2 % de las inversiones mundiales en energía limpia de las últimas dos décadas han llegado a África, según descubrió la IRENA.

A partir de 2019, la AIE estimó que el continente necesita 2 billones de dólares de inversiones en suministro de energía confiable, sostenible y asequible durante dos décadas. El grupo africano de negociadores sobre el clima dijo el año pasado que el continente necesita 1,3 billones de dólares por año en financiamiento total para el clima a partir de 2025, para poder ayudar a los países a cumplir los compromisos del Acuerdo de París para limitar el calentamiento global y adaptarse a los daños que están sufriendo.

La presidencia de la COP27 ha organizado este año una serie de presentaciones itinerantes de inversores regionales destinadas a mostrar proyectos listos para ejecutar en cada región y reunir a inversores públicos y privados, empresas, legisladores y otros para destrabar la financiación necesaria.  El Foro Africano, en Addis Abeba, Etiopía, presentó 19 proyectos que podrían contribuir tanto al desarrollo como a la reducción de emisiones, incluido un predio  hidroeléctrico que se convertiría en la planta de energía más grande de Nigeria.

El gobierno egipcio piensa destacar los proyectos presentados en estos foros regionales durante la COP27, poniendo el foco de atención tanto sobre la oportunidad como sobre la necesidad de que los inversores participen.

O que implica a ação de adaptação?

Trata-se de ajudar as pessoas a adaptarem-se aos impactos que são cada vez mais comuns – de uma forma que também impulsione a redução de emissões e o desenvolvimento sustentável. A resiliência assegura que as comunidades e os países continuem a prosperar apesar dos impactos climáticos. 

Os trabalhos de adaptação vão desde a plantação de cultivares que podem resistir a condições meteorológicas extremas e manter a saúde do solo; à restauração de manguezais que protegem as comunidades costeiras do aumento do nível do mar e sustentam a biodiversidade; à criação de sistemas de alerta precoce para tempestades; à expansão de espaços verdes nas cidades para absorver calor e melhorar a qualidade do ar. 

Estas adaptações podem incluir mudanças simples no trabalho, tais como a criação de pausas de descanso obrigatórias à sombra, fornecimento de água potável gratuita, mudança de turno para horas mais frias do dia, e fornecimento de vestuário de proteção mais leve. Podem também exigir remodelações mais fundamentais das fábricas para se manterem frescas, melhorando ao mesmo tempo a eficiência energética. 

Um dos desafios da adaptação é que as soluções variam muito entre comunidades, países e regiões em função dos impactos e necessidades – ao contrário da mitigação, onde soluções como painéis solares ou bombas de calor podem ser aplicadas em todo o mundo. Isto significa que o trabalho de adaptação precisa de ser mais liderado localmente, com investimentos concebidos para desenvolver a capacidade local a longo prazo. 

O que as nações ricas e o G20 devem fazer para aumentar a adaptação climática? 

As economias desenvolvidas e as grandes economias emergentes têm motivos tanto econômicos como morais para ajudar os países de maior risco a adaptarem-se às mudanças climáticas.

A adaptação é boa para os negócios. Investir 1,8 trilhões de dólares em adaptação entre 2020 e 2030 poderia gerar US$ 7,1 trilhões em benefícios, o Centro Global de Adaptação descobriu em 2019. Isto pode levar a um desenvolvimento sustentável mais amplo. O crescimento econômico da agricultura, por exemplo, poderia ser até onze vezes mais eficaz na redução da pobreza do que qualquer outro setor, de acordo com o Fundo Internacional de Desenvolvimento Agrícola das Nações Unidas

Moralmente, os países que sofrem os piores impactos das mudanças climáticas são os que menos contribuíram. São também os que mais lutam para se adaptarem às mudanças climáticas e se desenvolverem de forma sustentável com barreiras no acesso ao financiamento. 

Os países desenvolvidos, juntamente com o G20, precisam demonstrar solidariedade para com aqueles que mais sofrem e tomar medidas. Isto deve incluir o cumprimento da promessa de mobilizar US$ 100 bilhões por ano de financiamento climático até 2020, a transferência de tecnologia, e dar prioridade à transição para energia limpa nos subsídios internacionais ao desenvolvimento. 

Os países ricos concordaram, na COP26 do ano passado em Glasgow, em dobrar o apoio financeiro para a adaptação para US$ 40 bilhões por ano. Mas elas ainda têm que cumprir aquela meta, e os países africanos estão dizendo que precisam de cerca de US$ 700 bilhões por ano a partir de 2025 para realizar a adaptação.

O que os países vulneráveis podem fazer para se adaptarem às mudanças climáticas?

A adaptação e a mitigação do clima devem andar de mãos dadas. Os esforços para reduzir as emissões nestes países – tais como a transição da energia dos combustíveis fósseis para as energias renováveis, e dos motores de combustão interna para os veículos elétricos – devem ser implementados tendo em vista o avanço da resiliência e um desenvolvimento sustentável mais amplo. 

Painéis solares e baterias, por exemplo, podem simultaneamente reduzir a dependência de combustíveis fósseis, fornecer acesso à energia confiável em áreas desconectadas, e permitir que as pessoas trabalhem durante as horas mais frias com iluminação. 

Há várias maneiras com que governos, empresas, investidores e comunidades possam começar a promover a adaptação. Isto inclui passos incrementais, tais como informação pública sobre eventos climáticos extremos, pintar telhados de branco, investir para tornar as casas e locais de trabalho mais frescos e acima dos níveis de inundação, ou plantar árvores nas cidades. Além disso, há mudanças mais transformativas, tais como a instalação de barreiras contra inundações e quebra-mares, ou o deslocamento de cidades e aldeias em risco. 

No entanto, embora muitos países vulneráveis, tais como pequenos países insulares em desenvolvimento, já estejam estabelecendo objetivos e planos para se adaptarem e reduzirem as emissões, falta-lhes o acesso ao financiamento, à tecnologia e à capacidade. Muitos estão tendo dificuldades por causa das dívidas crescentes.

A COP27 é um momento para governos, empresas e investidores se reunirem para enfrentarem esses obstáculos ao financiamento, e descobrirem o que precisa mudar a fim de desbloquear a ação de adaptação imediatamente. Como o pano de fundo africano para a COP27 deixará muito claro – a crise climática já está em curso.