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La cumbre COP27 de la ONU se lleva a cabo en la primera línea de las crisis convergentes del clima, los alimentos, la energía, la salud y la deuda: África. Esto presenta una necesidad y una oportunidad como nunca antes para incitar a que haya acciones inmediatas en el lugar en los países que más lo necesitan.

La cumbre, que tendrá lugar en Egipto, en noviembre, llega en un año de nuevos extremos climáticos, escasez de alimentos, picos en los precios de los combustibles fósiles y un creciente costo de vida, con la guerra en Ucrania financiada por combustibles fósiles de Rusia avivando aún más las crisis.

En lo que va del año, Africa ha sido testigo de cómo las inundaciones y tormentas mataron a cientos de personas en el sur, provocando cortes de electricidad, interrumpiendo operaciones de carga y devastando hogares y medios de vida. Mientras tanto, la sequía trajo hambruna para millones de personas en el Cuerno de África.

Esto es lo que usted necesita saber sobre la COP27 de África y cómo este encuentro podría impulsar acciones que conduzcan a sistemas alimentarios sustentables y a la adaptación y mitigación climática.

¿Quién, qué, dónde y cuándo?

La 27ª Conferencia Anual de las Partes (COP27) de la ONU se llevará a cabo en Sharm El-Sheikh del 6 al 18 de noviembre, presidida por el Ministro de Relaciones Exteriores de Egipto, Sameh Shoukry.

El tema de la cumbre de Egipto es la ‘implementación‘. Su objetivo es cambiar el eje para que de las negociaciones y la planificación se pase a la acción en el terreno, donde más se necesita. Lo que se desea es reforzar la adaptación a los daños del cambio climático, en paralelo con la reducción de emisiones. También se espera poner de relieve tanto la necesidad de África de una acción climática inmediata como su papel en la facilitación y movilización de acciones a gran escala.

Esta cumbre necesita presionar a los países, el sector privado y los gobiernos locales para que cumplan promesas ya hechas, las refuercen en consonancia con la ciencia y ayuden a las economías en desarrollo y las emergentes a superar las barreras de modo de financiar y crear una capacidad de acción climática a largo plazo.

Este es también el momento para que los principales contaminadores aceleren su reducción gradual de carbón, petróleo y gas. La guerra de Rusia contra Ucrania deja en claro el peligro de depender de los combustibles fósiles. Las exportaciones de Rusia están financiando su maquinaria de guerra, mientras que la restricción de los suministros globales ha causado escasez de energía y picos en el costo de vida tanto en los países desarrollados como en aquellos en desarrollo.

¿Qué pasó en la COP26 y qué debe pasar en la COP27?

La COP26, que tuvo lugar en Glasgow en 2021, fue testigo de una ola de nuevas promesas de los países, el sector privado y los gobiernos locales. Sin embargo, los compromisos aún no alcanzan lo que la ciencia dice que se necesita para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C. Además de eso, los países ya están retrocediendo como resultado de la recesión económica y la guerra en Ucrania.

La COP27 debe cumplir con cinco áreas clave para poder impulsar acciones.

Finanzas: los países ricos deben demostrar que están trabajando para cumplir su promesa de movilizar 100 mil millones de dólares por año en financiamiento público y privado para el clima para 2020, además de crear planes para ampliarlo. Lo acordaron en la COP26. El financiamiento debe dividirse por igual entre los esfuerzos de reducción de emisiones -como ayudar a los países en desarrollo a expandir sus sistemas de energía limpia- y el trabajo de adaptación y resiliencia.

  1. Recortes de emisiones: la decisión de la COP26 dejó en claro que los planes nacionales de reducción de emisiones deben alinearse con un límite de temperatura de 1,5 °C, y la mayoría de los principales contaminadores se comprometieron a alcanzar emisiones cero netas para mediados de siglo. Pero las emisiones aún tienen que caer.
  2. Apoyo para las crisis: la COP26 debe brindar un marco de apoyo financiero para los países que se ven golpeados de forma repetida por los estragos del cambio climático, las interrupciones del sistema alimentario, los aumentos repentinos en los precios de los combustibles fósiles y otros daños. Muchas economías en desarrollo y emergentes están luchando con una deuda creciente y no pueden obtener una cobertura de seguro acorde con los riesgos que encierra el cambio climático.
  3. Cumplir las promesas de Glasgow: las principales economías e instituciones financieras firmaron una serie de compromisos que abarcan el transporte, la energía, el metano, las finanzas, la deforestación y otras áreas. Puestas en práctica, las promesas podrían cambiar el juego. Sobre el papel resultan inútiles.
  4. Sentar las bases para la toma de inventario: el primer Inventario Global, convocado para cada cinco años en el Acuerdo de París, se extiende desde 2023 hasta la COP28. La COP27 debe establecer un proceso de evaluación global honesto, transparente y claro, que involucre al sector privado, las regiones y ciudades, la sociedad civil y la juventud. El inventario debe enviar señales que los legisladores puedan usar y aplicar en casa.

¿Cómo amenazan la vida cotidiana de Africa los desastres provocados por el cambio climático?

Los países africanos están en la primera línea del cambio climático. El clima extremo y los desastres están estancando el progreso hacia la seguridad alimentaria, el bienestar social y el desarrollo económico.

En la alimentación y la agricultura, por ejemplo, los daños del cambio climático ya están causando cambios en las temporadas de cultivo y aumento de los períodos secos y las lluvias fuertes, según el Centro Global de Adaptación. La evidencia muestra que el cambio climático ha estancado el crecimiento de la productividad del maíz.

La cantidad de personas desnutridas en el África subsahariana creció un 45 % entre 2012 y 2019, según datos del informe Estado de Acciones Climáticas en Africa 2019 de la Organización Meteorológica Mundial. Además, el aumento de las temperaturas  y de las lluvias está provocando un aumento en la transmisión de enfermedades transmitidas por vectores, como el dengue, la malaria y la fiebre amarilla, dijo. Se prevé que el PBI de África disminuya entre un 2 % y un 12 % si las temperaturas globales aumentan entre 1 °C y 4 °C.

Los gobiernos de África ya están contribuyendo más de lo que les corresponde a la adaptación, lo que representa una quinta parte del gasto necesario para reducir los posibles daños económicos en el continente, según la Comisión Económica para Africa de las Naciones Unidas.

¿Por qué los países deben dar un salto cualitativo en la COP27 para proteger a las personas vulnerables del cambio climático?

Porque la crisis climática ya está en marcha y la ciencia muestra que la ventana para limitar los peores estragos se está cerrando rápidamente.

El año 2022 registró una convergencia de crisis alimentadas por el cambio climático, COVID-19, la guerra de Rusia contra Ucrania, interrupciones en las cadenas de suministro de alimentos y la dependencia de productos volátiles y contaminantes. La respuesta hasta el momento de dirigentes políticos y del sector privado ha sido en gran medida apoyar y apoyarse en las industrias contaminantes del pasado. Esto está minando la confianza entre países y regiones.

La solidaridad es clave para romper el estancamiento y desbloquear la financiación necesaria para reducir las emisiones, desarrollar resiliencia y garantizar sistemas alimentarios sostenibles.

Muchos de los mayores y crecientes contaminadores, y los que corren mayor riesgo frente a los daños del cambio climático, son las economías en desarrollo y emergentes que también están experimentando un rápido crecimiento demográfico. Brindar financiamiento a estos países y desarrollar la capacidad entre sus gobiernos y sectores protegerá las cadenas de suministro globales más amplias y la estabilidad económica.

O que implica a ação de adaptação?

Trata-se de ajudar as pessoas a adaptarem-se aos impactos que são cada vez mais comuns – de uma forma que também impulsione a redução de emissões e o desenvolvimento sustentável. A resiliência assegura que as comunidades e os países continuem a prosperar apesar dos impactos climáticos. 

Os trabalhos de adaptação vão desde a plantação de cultivares que podem resistir a condições meteorológicas extremas e manter a saúde do solo; à restauração de manguezais que protegem as comunidades costeiras do aumento do nível do mar e sustentam a biodiversidade; à criação de sistemas de alerta precoce para tempestades; à expansão de espaços verdes nas cidades para absorver calor e melhorar a qualidade do ar. 

Estas adaptações podem incluir mudanças simples no trabalho, tais como a criação de pausas de descanso obrigatórias à sombra, fornecimento de água potável gratuita, mudança de turno para horas mais frias do dia, e fornecimento de vestuário de proteção mais leve. Podem também exigir remodelações mais fundamentais das fábricas para se manterem frescas, melhorando ao mesmo tempo a eficiência energética. 

Um dos desafios da adaptação é que as soluções variam muito entre comunidades, países e regiões em função dos impactos e necessidades – ao contrário da mitigação, onde soluções como painéis solares ou bombas de calor podem ser aplicadas em todo o mundo. Isto significa que o trabalho de adaptação precisa de ser mais liderado localmente, com investimentos concebidos para desenvolver a capacidade local a longo prazo. 

O que as nações ricas e o G20 devem fazer para aumentar a adaptação climática? 

As economias desenvolvidas e as grandes economias emergentes têm motivos tanto econômicos como morais para ajudar os países de maior risco a adaptarem-se às mudanças climáticas.

A adaptação é boa para os negócios. Investir 1,8 trilhões de dólares em adaptação entre 2020 e 2030 poderia gerar US$ 7,1 trilhões em benefícios, o Centro Global de Adaptação descobriu em 2019. Isto pode levar a um desenvolvimento sustentável mais amplo. O crescimento econômico da agricultura, por exemplo, poderia ser até onze vezes mais eficaz na redução da pobreza do que qualquer outro setor, de acordo com o Fundo Internacional de Desenvolvimento Agrícola das Nações Unidas

Moralmente, os países que sofrem os piores impactos das mudanças climáticas são os que menos contribuíram. São também os que mais lutam para se adaptarem às mudanças climáticas e se desenvolverem de forma sustentável com barreiras no acesso ao financiamento. 

Os países desenvolvidos, juntamente com o G20, precisam demonstrar solidariedade para com aqueles que mais sofrem e tomar medidas. Isto deve incluir o cumprimento da promessa de mobilizar US$ 100 bilhões por ano de financiamento climático até 2020, a transferência de tecnologia, e dar prioridade à transição para energia limpa nos subsídios internacionais ao desenvolvimento. 

Os países ricos concordaram, na COP26 do ano passado em Glasgow, em dobrar o apoio financeiro para a adaptação para US$ 40 bilhões por ano. Mas elas ainda têm que cumprir aquela meta, e os países africanos estão dizendo que precisam de cerca de US$ 700 bilhões por ano a partir de 2025 para realizar a adaptação.

O que os países vulneráveis podem fazer para se adaptarem às mudanças climáticas?

A adaptação e a mitigação do clima devem andar de mãos dadas. Os esforços para reduzir as emissões nestes países – tais como a transição da energia dos combustíveis fósseis para as energias renováveis, e dos motores de combustão interna para os veículos elétricos – devem ser implementados tendo em vista o avanço da resiliência e um desenvolvimento sustentável mais amplo. 

Painéis solares e baterias, por exemplo, podem simultaneamente reduzir a dependência de combustíveis fósseis, fornecer acesso à energia confiável em áreas desconectadas, e permitir que as pessoas trabalhem durante as horas mais frias com iluminação. 

Há várias maneiras com que governos, empresas, investidores e comunidades possam começar a promover a adaptação. Isto inclui passos incrementais, tais como informação pública sobre eventos climáticos extremos, pintar telhados de branco, investir para tornar as casas e locais de trabalho mais frescos e acima dos níveis de inundação, ou plantar árvores nas cidades. Além disso, há mudanças mais transformativas, tais como a instalação de barreiras contra inundações e quebra-mares, ou o deslocamento de cidades e aldeias em risco. 

No entanto, embora muitos países vulneráveis, tais como pequenos países insulares em desenvolvimento, já estejam estabelecendo objetivos e planos para se adaptarem e reduzirem as emissões, falta-lhes o acesso ao financiamento, à tecnologia e à capacidade. Muitos estão tendo dificuldades por causa das dívidas crescentes.

A COP27 é um momento para governos, empresas e investidores se reunirem para enfrentarem esses obstáculos ao financiamento, e descobrirem o que precisa mudar a fim de desbloquear a ação de adaptação imediatamente. Como o pano de fundo africano para a COP27 deixará muito claro – a crise climática já está em curso.